viernes, 2 de abril de 2010

XVI - JAUN VILLAGE - WEST PAPUA.


Miércoles, Febrero 24

JAUN VILLAGE, WEST PAPUA

La cultura Asmat pone mucho énfasis en sus objetos rituales. Creen que la humanidad comenzó con ¨ Fumeripitsji ¨ el Creador, que tallaba figuras humanas y las daba vida golpeando un tambor. Bajo esta creencia tallan sus objetos de madera con bellas figuras y adornos. Cada poblado tiene su tallista elegido entre los que demuestran más destreza. Las tallas eran tradicionalmente usadas solamente para las ceremonias y dejadas después en la jungla, pero ahora están muy solicitadas por los turistas. Los escudos decorados se usan en las ceremonias funerarias y también estaban orgullosos de sus calaveras. Los Asmat eran hasta hace poco tiempo cazadores de cabezas, cada cuatro o cinco años una población asaltaba a otra decapitando a tres o cuatro personas, parece ser que primero les avisaban tocando tambores y soplando tubos de madera para darles la oportunidad de huir del poblado. Estas prácticas eran recíprocas, haciendo lo mismo el poblado afectado cuando sentían que había llegado el momento de hacerlo. Aunque en las poblaciones de la ribera ya no existen estas prácticas se rumorea que en los poblados del interior aún se sigue con estos ritos de la cultura Asmat.

Desembarcamos a las ocho y media para hacer la visita a Jaun. Carol fue a las cinco y media de la mañana a observar a los pájaros en el amanecer subiendo el río Lorentz. Le ha quedado el tiempo suficiente para tomar un café entre expediciones, los horarios a bordo, si se siguen al pie de la letra, no dejan tiempo para hacer nada que no sea estrictamente las actividades programadas.

El poblado está compuesto de unas doscientas personas que practican el animismo y veneran a sus antepasados y confeccionan máscaras de los espíritus. Se repiten más o menos las mismas ceremonias del día anterior, recibimiento con las canoas entre gritos rítmicos hasta desembarcar en la orilla cubierto de fango, después ceremonia en la gran choza principal acompañados por jefes y guerreros más las mujeres y los niños ocupando el fondo del gran recinto. Uno de los guías del barco les hace entrega de materiales escolares para repartir entre los niños que agradecen con unas palabras y los aplausos de todos nosotros. Nos hacen saber que no pueden hacer muchas ceremonias debido a que han pasado la noche tocando los tambores porque ha habido un fallecimiento en la tribu y ahora tienen que guardar un cierto respeto en honor al difunto.

Fuera del edificio se celebra una danza, a un lado las mujeres separadas a cierta distancia de los hombres y en el centro los hombres y niños que rodean a dos espíritus representando el bien y el mal con trajes de paja y símbolos en la cabeza.

Volvemos al barco para ducharnos, cambiarnos de ropa y comer. Después no hay ninguna actividad hasta las cinco con la presentación ¨ The Kokoda Track, Trail of Ghosts.¨

Haciendo un pequeño resumen de la cultura Asmat y pensando en su futuro me da la sensación de que al ritmo de invasión que sufre el mundo, no pasará ya mucho tiempo en que los escasos lugares que aún se encuentran en estado semiprimitivo sean absorbidos por el resto de Indonesia. Las tribus, nos dicen, han abandonado ya muchas de sus costumbres ancestrales, llegan hasta ellos los productos comerciales del exterior, reciben subsidios del estado y el alcohol está haciendo estragos entre las poblaciones.

Lo queramos o no el mundo se globaliza haciendo tabla rasa de todas las culturas y llegando a todos los lugares. Zonas que durante siglos habían estado aisladas por cordilleras inaccesibles o tremendas masas de agua aislando a sus habitantes, como la cultura de los Asmat, están ahora cambiando día a día, sus hábitos, costumbres, vestidos, comidas, su pasado guerrero. Es difícil pensar qué puede ser mejor para ellos, si seguir aislados, libres y en su mundo, en caso de que esto fuera posible, o dejar atrás su pasado para vivir una vida más cercana a los beneficios de la medicina, la educación y el progreso. No me siento capaz de responder a esto. Creo que cada ser humano debe de poder vivir conforme a sus tradiciones y cultura pero también pienso que el hombre evoluciona constantemente, tiene que hacerlo, su destino es buscar nuevos caminos, abrir nuevas fronteras, adaptarse a un mundo siempre cambiante.

Tras la presentación a las cinco de la tarde sobre la guerra contra los japoneses en esta zona, las enfermedades, vicisitudes, hambre y penalidades en general que afectaron sobre todo a los australianos y japoneses, se da por terminado el día. Es hora de los resúmenes y los planes para mañana. Bebidas y cena en el comedor.

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