jueves, 16 de enero de 2014

viernes, 2 de abril de 2010

I - SYDNEY - AUSTRALIA.



Lunes, Febrero 8

SAN FRANCISCO

Es la primera vez que emprendemos un vuelo nocturno. Salimos hacia Sydney a las diez cincuenta de la noche. El 747- 400 de Quantas se dirige lentamente hasta el principio de la pista situada en el mismo borde de la bahía para acelerar hacia las colinas de South San Francisco en un despegue potente y suave que alcanza la altura de crucero sin que apenas nos demos cuenta de ello. Lejos quedan ya los días de aquellos primeros Jumbos de los años setenta, muy impresionantes para la época, que nos trajeron y llevaron a través del Atlántico durante años. Los de ahora son incluso más grandes, tecnológicamente mucho más evolucionados y estéticamente mejor diseñados, con asientos envolventes que se convierten prácticamente en camas, mejor aprovechamiento interior y un segundo piso al que se accede a los asientos de primera clase.

El vuelo a Sydney tiene una duración de trece horas que pasamos casi en su totalidad durmiendo, después del desayuno y el aseo comenzamos a descender sobre la costa que aparece bordeada de acantilados, marismas, playas y extensas zonas de monte bajo que nos encaminan al aeropuerto de Sydney. Hemos saltado un día.

II - SYDNEY - AUSTRALIA.



Miércoles, Febrero 10

SYDNEY

Es verano y por tanto el aeropuerto está abarrotado de australianos que regresan de sus vacaciones y de muchos asiáticos que suponemos vienen a pasar las suyas. La cola para coger taxi es de las más grandes que he visto pero está muy bien organizada y fluye con rapidez. Nuestro taxista, sonriente y agradable, es de Corea del Sur. Nos conduce hacia nuestro hotel en el centro en un tráfico lento que está yendo a trabajar. Son entre las ocho y las nueve de la mañana, hace calor y el sol brilla con fuerza. Tenemos tiempo de que el taxista nos explique algunas generalidades sobre la vida en la ciudad en un inglés que nos cuesta entender. En su particular forma de expresarse nos dice que muchos coreanos llegaron a Australia en busca de oportunidades de trabajo y que ahora sin embargo se vuelven a Corea donde la situación es mejor que en Australia. La inmigración está compuesta por chinos, vietnamitas, coreanos, libaneses, turcos, filipinos y existen pequeños barrios de israelitas, griegos, italianos y sobre todo irlandeses que formaron el primer núcleo de colonización en Australia.

Hemos elegido un ¨ Bed and Breakfast ¨ en un edificio de ladrillo rojo de una calle tranquila relativamente cercana al centro. Como no tienen la habitación preparada ya que es todavía temprano, damos una vuelta por los alrededores, hace mucho calor, nos asomamos a un pequeño parque con unas escaleras que bajan directamente a los muelles del ¨ Finger Wharf ¨.

Volvemos al hostal y después de refrescarnos y cambiarnos salimos de nuevo hacia el ¨ Finger Wharf ¨ el jardín botánico lleno de gente joven corriendo, seguimos bajando hasta el famoso ¨ Opera House ¨ una de las grandes atracciones turísticas y buscamos donde comer al lado de los ¨Ferry Wharfs ¨ . No nos gustan los restaurantes, demasiado turísticos, pero estamos cansados del viaje y no queremos continuar buscando. Comemos una pequeña ensalada y unos calamares fritos seguido de un plato de pasta. No ofrecen pan ni mantequilla, ningún extra y la cuenta sube a los ciento cincuenta dólares lo que nos parece extremadamente caro pero que no nos coge de sorpresa. Tomamos un taxi de vuelta al hotel, el conductor es de algún país indeterminado que no logramos averiguar, su conocimiento de inglés escaso así como el de la ciudad pero lleva un conveniente GPS que le evita quebraderos de cabeza y le conduce paso a paso a nuestro destino. El resto de la tarde descansamos.






III - SYDNEY - AUSTRALIA.



Jueves, Febrero 11

SYDNEY

Desayunamos sin prisas sobre las siete y media, somos los primeros, hace ya calor y tras de las ventanas podemos oír a las cotorras de árbol en árbol y un persistente canto de cigarras. Tomamos café, un huevo duro y pan tostado con jamón cocido. Nos atiende una jovencita, Jessica, que nos dice es francesa y está pasando el verano en Sydney, la señora que atiende las labores en el hostal es chilena y nos comenta que lleva más de treinta años en Australia, no ha vuelto a Chile – dice – y no vivió la caída del presidente Allende y la dictadura de Pinochet. Tiene sesenta y siete años y nos sonríe comentando que no para de trabajar todo el día y que quizás esa actividad es lo que le mantiene llena de energía y físicamente en buenas condiciones.

El hostal ¨ The Simpsons House¨ fue construido en mil ochocientos noventa y dos en este barrio llamado Potts Point, se le puso el nombre de ¨ Killountan ¨ y fue remodelado en mil novecientos veinte. Permanecen en el interior de la casa toques de Art Noveau tanto en la decoración de paredes y chimeneas como en telas y muebles. El desayuno se sirve en una amplia estancia de techo de cristal junto al jardín. Las habitaciones se reparten entre los dos pisos y el salón, comedor y pasillos están cubiertos de cuadros acumulados a través de los años, muebles antiguos y butacas y tumbonas sobre suelos de madera y grandes alfombras, libros, recuerdos, lámparas, velas, jarrones, licoreras, atraen la atención y forman un conjunto suave y reposado en la penumbra que proporciona el verdor del jardín.

Comenzamos el día adquiriendo unos pases que cubren todo el transporte urbano incluyendo los autobuses turísticos que son una gran idea para hacer un recorrido general previo que nos de una idea de cómo se conforma la ciudad. Cruzamos el famoso puente de la bahía desde el que hay una magnífica vista que incluye el Edificio de la Opera, la obra más destacada de la ciudad.

Las seis zonas en las que se divide la ciudad son el ¨ City Centre ¨ ¨ Botanic Gardens and The Domain¨ ¨ The Rocks and Circular Quay¨ ¨ Kings Cross and Darlinghurst¨ y un poco más en la periferia ¨Darling Harbour¨ y ¨Paddington¨.

Sydney se sitúa en la costa este de Australia ocupando una estupenda extensión de tres mil setecientos kilómetros cuadrados en los que posiblemente haya los puertos y playas mejores del mundo entero. Centro financiero, periodístico y punto más importante del país en cuanto a las comunicaciones exteriores, tiene cuatro millones de habitantes y el privilegio de ser la ciudad más antigua de Australia.

Visitamos el ¨ Australian National Maritime Museum¨ cuya principal atracción es una réplica del ¨ HMS Endeavour ¨ que al mando del capitán Cook recorrió y levantó cartas de toda la costa este de Australia en mil setecientos setenta.

La historia de Australia está ligada a las tradiciones marineras, en el museo se describe y documentan las culturas de los aborígenes, los viajes europeos explorando el Pacífico, la llegada de los barcos de presos, las oleadas de inmigrantes, la vida naval y deportiva de los australianos y el comercio marítimo.

También visitamos un barco de guerra ¨The Vampire¨ que participó activamente en la WWII tanto en Europa como en Japón formando parte de la flota aliada. Asimismo tenemos ocasión de entrar en un submarino del período de los años sesenta, a medio camino entre las tecnologías de la WWII y el cambio radical que tendría lugar con el advenimiento de la propulsión nuclear, los medios de comunicación por satélite y el poder destructivo de los misiles de cabeza nuclear.

Al atardecer tomamos un autobús que nos lleva al centro, mucho tráfico y gente marchando a buen paso por las aceras, comercios y bares llenos de un público en su mayoría joven que se desborda ocupando mesas en las aceras. Cogemos otro autobús para llegar a Chinatown también rebosante de público que entra en pequeñas tiendas y sobre todo en una enorme galería comercial repleta de franquicias y tiendas internacionales que son ya algo común en cualquier parte del mundo que no me atraen en absoluto y de las que procuro alejarme lo más pronto posible.

El Chinatown de Sydney es pequeño y carente de interés, alguna tienda de comidas chinas, tes, frutas y verduras y un escaso número de restaurantes. Quizás opine de esta manera debido a que vivimos muy cerca del Chinatown de San Francisco que es único en el mundo y su historia se remonta a los orígenes del establecimiento de los Estados Unidos de Norteamérica.

Entramos a cenar en el momento oportuno porque poco después el restaurante se llena y al salir hay mucha gente esperando en la calle. La comida resulta discretamente buena y los precios elevados. Pero de nuevo tengo que admitir que estamos acostumbrados a unos restaurantes, comercios y barrio chino en San Francisco que no tienen nada que ver con este de Sydney.

Volvemos al hostal en taxi, el primer taxista que es netamente Australiano, hablamos de acentos y giros idiomáticos, cambiamos para recordar a The Animals, Greatful Dead y el inolvidable Jerry García, The Summer of Love, James Taylor, Carly Simmon y Jackson Brown para terminar hablando de la economía y la expansión urbanística con sus precios imposibles. Nos retiramos a descansar.

IV - SYDNEY - AUSTRALIA.



Viernes, Febrero 12

SYDNEY

Recibimos un correo de Jackie con la triste noticia de que el abuelo Fujiwara ha muerto. Tuvimos el honor de visitar su casa en cuatro ocasiones. Japón y los Fujiwara forman parte de nuestras vidas.

Los aborígenes australianos consideran que su historia comienza en un tiempo que llaman ¨ Los Sueños ¨. Es una poética forma de interpretar su historia. Parece ser que estas gentes vinieron de Asia hace unos cincuenta mil años viviendo desde entonces en la zona que ahora se llama Sydney hasta que los europeos llegaron terminando violentamente con este antiguo mundo. En mil setecientos sesenta y ocho el capitán Cook recorrió todo el territorio que los holandeses habían denominado ¨ New Holland ¨ desembarcando en Botany Bay en mil setecientos setenta. Bajo el consejo de Sir Joseph Banks que acompañó a Cooks en el ¨ Endevour¨ como botánico, se estableció una colonia penal para liberar de presos las cárceles británicas que ya no tenían suficiente espacio. Mil cuatrocientos ochenta y cinco convictos, guardias, soldados, oficiales, mujeres y niños desembarcaron provocando el principio del fin de los aborígenes que no tenían defensas para sobrevivir a las enfermedades europeas y que tampoco pudieron sobrevivir a las luchas que sostuvieron con los inmigrantes ingleses. En mil novecientos setenta y tres la colonia de aborígenes que aún sobrevive asistió al sarcasmo de recibir la concesión de la ciudadanía con todos sus derechos y el respeto a sus tradiciones. Más vale tarde que nunca.

En los doscientos años de asentamiento europeo Sydney ha pasado por períodos de crecimiento y depresión, la fiebre del oro, el comercio marítimo, la depresión y las guerras mundiales. Aunque conserva una mezcla de carácter inglés e influencias aborígenes las sucesivas oleadas de gentes asiáticas y del resto del mundo han convertido a Sydney en una ciudad moderna y cosmopolita.

Hoy hace más calor que los días anteriores, nos acercamos al acuario, ¨ Sydney Aquarium and Sydney Wildlife World ¨ que contiene más de doce mil animales de seiscientas cincuenta especies tanto de agua dulce como salada. Una de las principales atracciones es el fondo marino simulado con ciento sesenta y cinco metros de túneles de fibra acrílica desde los que se pueden contemplar todo tipo de peces y plantas marinas. Arrecifes de coral, peces de todas las gamas de colores, tiburones, tortugas, moluscos y otros invertebrados, peces únicos como el ¨ Barramundi ¨ que cambia de sexo después de cuatro años, pingüinos y focas.

Tras un par de horas en el acuario seguimos a ¨ The Rocks ¨ primer asentamiento y lugar muy popular hoy en día. Comercios, restaurantes y bares. Entramos a refrescarnos en el edificio ¨ Argyle ¨ un bar con techos y vigas de madera, amplio, cómodo donde tomamos unas cervezas y un aperitivo de calamares. Nos atiende una joven que nos dice ser de Polonia, lleva algún tiempo en Australia y ha estado en varios países de Sudamérica.

Paseamos por las calles empedradas donde hay un pequeño mercadillo en el que están guisando en unas grandes paelleras pasta, tomates y champiñones. En una de las calles laterales que aún conservan los edificios de ladrillo de los primeras familias que prácticamente carecían de todo y dependían de las provisiones que llegaban por mar, entramos en un pequeño museo ¨ The Rocks ¨ en el que se acumula la historia de este barrio junto a los descubrimientos arqueológicos parte de ellos provenientes de un pozo que tenía en su propiedad un carnicero que lo usaba para tirar los despojos y que luego se convirtió en el vertedero de todos los objetos deteriorados que ahora han vuelto a la luz para explicar la historia de aquellas gentes, su lucha por la vida, sus vivencias personales, como la de una señora que se casó y tuvo seis hijos con alguien que a su vez tenía otros cinco, enviudó, se volvió a casar y tuvo otros cinco más con el segundo marido, volvió a enviudar y se casó con un marino francés con el que tuvo dos más. O la historia de un expresidiario que se convirtió en comerciante, tuvo dos hijos sin casarse, al mismo tiempo contrajo nupcias con otra persona con la que tuvo varios hijos y decidió envenenar a su primera pareja cosa que hizo y que poco después le condujo a la horca.

Es viernes por la tarde, el tráfico es denso, el cielo está cubierto y el viento acerca una fuerte tormenta con relámpagos y truenos. Llegamos al hostal y dejamos las cámaras para ir a cenar a un restaurante japonés muy cercano, somos los primeros clientes de la tarde y nos atiende una muchacha coreana que mientras nos prepara carne asada en una parrilla en la misma mesa nos cuenta que ha viajado por la India, Japón, parte de Sudamérica y ya está pensando en otros viajes. Afuera descarga la tormenta con fuerza, tomamos sopa miso, un par de aperitivos de tofu, pepinillos curados y carne a la brasa con arroz blanco. Esperamos un rato después de la cena a que amaine el temporal y regresamos al hotel.

V - SYDNEY - AUSTRALIA.



Sábado, Febrero 13

SYDNEY

Durante la noche han descargado varias tormentas y lejos de aliviar la temperatura han dejado un calor húmedo que nos acompaña en nuestra primera visita de la mañana a ¨ St Mary´s Cathedral ¨. Aunque los católicos llegaron con la flota en la primera oleada, se les prohibió la celebración de la misa para prevenir que los sacerdotes provocaran revueltas civiles entre la población mayoritariamente irlandesa. Pero los servicios se hicieron oficiales a partir de mil ochocientos veinte. En mil ochocientos veintiuno el gobernador Macquarie puso la primera piedra para la fundación de la catedral de St Mary. La primera sección fue inaugurada en mil ochocientos ochenta y dos y terminada en su estilo neogótico en mil novecientos veintiocho. Enfrente de ella se sitúa el parque ¨ Hyde Park ¨ que demarcaba el límite de la ciudad y en el que se ejercitaban las tropas que la protegían. Ahora es una refrescante zona verde en el mismo centro de la ciudad financiera y comercial.

Una de las más importantes visitas para comprender mínimamente la historia natural de Australia es precisamente el ¨ Australian Museum¨ que de acuerdo con las guías sigue siendo el más importante del país. Así que nos adentramos en el impresionante edificio construido de piedra arenisca, como la totalidad de los antiguos edificios oficiales, y subimos por su espléndida escalera de mármol.

La visita puede hacerse muy larga si se sigue en profundidad, pero nosotros decidimos pasear con tranquilidad por las salas y detenernos en aquellos puntos que más atraen nuestro interés. Es un completo viaje a través de Australia y la cercana costa del Pacífico cubriendo toda su biología así como la historia natural y cultural.

Una parte importante está dedicada a los indígenas australianos, su historia, costumbres y casi desaparición con la llegada de los europeos. Evocativo, triste, lacerante pero irreversible, algunos acontecimientos recuerdan la persecución y muerte que sufrieron por los invasores, la pérdida de identidad y el casi exterminio. Con el tiempo, mucho tiempo, se les ha reconocido finalmente su identidad, ahora que ya no son un peligro para nadie y han quedado como una pincelada turística en estas tierras que en un tiempo nadie quería, un tiempo en el que los indígenas vivieron su historia.

La sección dedicada a los minerales es muy extensa y cubre toda la variedad de gemas y piedras, en mil ochocientos sesenta y nueve se descubrió la pepita de oro más grande encontrada en Australia, nada menos que setenta y un kilos, en ese tiempo y debido a la fiebre del oro que corrió de boca en boca la población australiana se duplicó en diez años.

La sección de pájaros e insectos forma un ejército difícil de asimilar en un primer vistazo, destacan las arañas venenosas y la variedad de cacatúas multicolores, avestruces y pájaros de todos los tamaños. En otra sala se presta atención a la supervivencia de las especies en una Australia continuamente evolucionando y de como se adaptan a los cambios y nuevas formas de vida.

La visita a los museos es algo que siempre me deja muy cansado aunque en general es compensado por la sensación de confort intelectual que proporcionan y este desde luego cumple sobradamente con su cometido.

En la calle continúa el calor húmedo, vamos andando hacia el centro ocupado por una gran cantidad de público, la mayoría joven, que va de tiendas en esta mañana de sábado. Las calles que en su momento estuvieron sin pavimentar, cubiertas de barro, ocupadas por tabernas, chiringuitos, salas de juego y parques donde se practicaba el boxeo, se instalaban circos y de vez en cuando se colgaba a alguien es ahora una zona de tiendas elegantes, cafeterías, grandes almacenes, galerías comerciales que aún conservan el sabor del siglo diecinueve en su estructura, y tiendas especializadas como la de Apple que ocupa tres plantas de un edificio recubierto de planchas transparentes a través de las cuales un público muy numeroso se agolpa en la contemplación del universo tecnológico que ofrece esa empresa.

Atravesamos la galería del ¨ Strand Arcade ¨ un recordatorio de la era Victoriana cuando Sydney tenía fama por sus elegantes tiendas adornadas de maderas, candelabros, relojes, techos de cristal por los que entraba la luz natural, y suelos de baldosas multicolores.

Después de pasear, ver tiendas y escaparates y también observar a la gente, mezcla de muchas diferentes etnias predominando las asiáticas, subiendo y bajando por las calles, decidimos coger un autobús y volver a nuestro ¨ Bed and Breakfast ¨ en el barrio de ¨ Potts Point ¨ . Comienza a llover, nos quedamos en la habitación.

VI - SYDNEY - AUSTRALIA.


Domingo, Febrero 14

SYDNEY

Siguen las tormentas, llueve a ratos y hace un calor húmedo. En esta mañana de domingo, tranquila y sin tráfico, decidimos recorrer la ciudad en autobús con la única intención de parar a comer algo al mediodía al otro lado del puente. Dos cosas llaman nuestra atención, la primera, al pasar por el barrio chino, es la enorme cantidad de gente que asiste a la celebración del año nuevo chino, la gente se agolpa en las aceras añadiéndose la que acaba de desembarcar de un crucero gigante que ha atracado en el cercano muelle de pasajeros. Tardamos un buen rato en cruzar las calles pues el autobús se mueve centímetro a centímetro.

La segunda es la cantidad de bodas que se celebran en todos los barrios, principalmente en las cercanías de ¨ The Rocks ¨ donde hay varias iglesias y capillas. No en balde hoy es el día de los enamorados, San Valentín. Muchas de las parejas son chinas y llevan damas de honor con vestidos de tonos calabaza, limón, ocres y rosas. Les encanta posar en las rocas frente al mar, en los parques sobre las verdes praderas y los árboles exóticos, a lo largo del malecón y en el edificio de la ópera, en su frente de escaleras de piedra o en la gran explanada que lo rodea. Les deseo mentalmente buena suerte viéndoles sonrientes en la línea de salida de un camino largo y complicado.

El puente de la bahía de Sydney, visible desde cualquier punto de la ciudad, se terminó de construir en mil novecientos treinta y dos constituyendo un triunfo de la ingeniería de la época al tiempo que remedió en parte la necesidad de trabajo en un período de gran depresión económica. En los tiempos anteriores al puente el único medio de desplazarse desde el centro de la ciudad en el sur y la zona residencial del norte era usando el ferry o dando un rodeo de veinte kilómetros a través de cinco puentes. El proyecto tardó ocho años en terminarse pero incluía vía de ferrocarril, amplias calzadas en ambos sentidos así como aceras para cruzarlo andando.

Nos bajamos del autobús en ¨ Kirribilli Point¨ al otro lado del puente y entramos en un ¨ Fish and Chips ¨ donde tomamos el pez ¨Barramundi ¨ típico de Australia con patatas fritas y vinagre de malta. Se trata de un pescado blanco de muy buen sabor que abunda en las aguas próximas a Sydney.

Continuamos hacia el ¨ Luna Park ¨ que es un parque de atracciones y seguimos andando a lo largo de un amplio paseo desde el que se pueden tomar muy buenas fotos del puente, la bahía y el edificio de la ópera. Llueve con fuerza y cogemos el primer ferry disponible de vuelta al centro, en la zona de la ópera.

Volvemos andando por un sendero a orilla del mar hasta llegar al museo de arte donde nos subimos a un autobús de vuelta a Challis Avenue cerca de la calle Victoria, la zona de nuestro hostal. Atardece y el cielo está muy oscuro debido a otra tormenta a punto de descargar. Dejamos nuestras cosas en el hotel, cogemos un paraguas y nos acercamos a un restaurante tailandés donde cenamos. La comida es exquisita y Carol disfruta mucho de ella pero los picantes no son santos de mi devoción por lo que hubiera preferido tomarme un vaso de leche con unas magdalenas. Cosas de la vida. Nos vamos a dormir.

VII - SYDNEY - AUSTRALIA.



Lunes, Febrero 15

SYDNEY

Amanece soleado y con algunas pequeñas nubes blancas, buen día para ir a las playas de Sydney y ver sobre todo una de ellas ¨ Bondi Beach ¨ de arenas doradas y lugar frecuentado por los surfistas a la espera de la ola perfecta. Los australianos, dentro de las preocupaciones de la vida moderna, aún eligen la playa como lugar de diversión. En sus alrededores abundan los cafés y restaurantes y por toda la bahía hay otras pequeñas playas, urbanizaciones y zonas de chalets con vistas al mar abierto por un lado y al centro de la ciudad por el otro.

Hacemos todo el recorrido escénico en autobús comenzando en Potts Point y siguiendo por Elizabeth Bay, Rushcutters Bay, Darling Point con sus casas ajardinadas y los muelles de todo tipo de embarcaciones de recreo, Double Bay, Point Piper, Rose Bay subiendo y bajando las verdes colinas pobladas de árboles, Vaucluse hasta llegar a Watsons Bay donde hay varios restaurantes de pescado y tomamos ¨ fish and chips ¨ que resulta ser tan bueno o mejor que el que comimos ayer acompañado con una buena cerveza australiana.

Continuamos toda la costa por The Gap, Diamond Bay, Dover Heights, Bondi Beach para seguir hasta volver al centro de la ciudad en un recorrido de aproximadamente dos horas. El autobús nos deja en un buen lugar para enlazar con otro que nos lleva hasta la parada donde comenzamos la excursión.

Son entre las tres y las cuatro de la tarde y estamos un poco cansados del turismo de estos últimos días por lo que decidimos regresar al hotel y tomarnos la tarde con calma leyendo, usando los ordenadores y haciendo una pequeña colada.

VIII - SYDNEY - AUSTRALIA.


Martes, Febrero 16

SYDNEY

Salimos algo tarde, sigue tormentoso, hace un aire muy fuerte. Dedicamos la mañana a visitar el Parque Botánico que ocupa una buena extensión a unos minutos del centro, paseamos por sus caminos asfaltados contemplando toda esa naturaleza exótica australiana de la que se ha traído a este recinto un ejemplo para aquellos que no puedan o no quieran recorrer en más profundidad un país que llevaría tiempo y un gran esfuerzo en cruzar en toda su enormidad.

Plantas y árboles curiosos, de zonas desérticas y monte bajo, de bosque húmedo y costa abierta al mar. Pero lo que más nos llama la atención es esta especie de quirópteros australianos a los que llaman ¨ Flying Foxes ¨ que cuelgan boca abajo de la copa de los altos árboles en grupos muy numerosos.

A diferencia de sus parientes más comunes tienen una vista excelente y no son totalmente nocturnos. Existen al menos cuatro especies de estos animales en Australia, siendo muy abundantes en las zonas selváticas del norte del territorio en Kakadú y la Tierra de Anherm así como en las espesas masas forestales de Queensland. Son frugívoros y cumplen un importante papel tanto en la polinización como en la dispersión de frutos y semillas de numerosas plantas. Se reúnen , como en estos árboles del parque, en grandes colonias sobre los árboles y provocan un enorme griterío y el olor peculiar que impregna el ambiente a causa de sus deyecciones.

Su tamaño es de entre doscientos ochenta y setecientos sesenta gramos, de día descansan en los árboles y en Septiembre y Octubre forman agrupaciones de miles de ejemplares. Aquí en el Parque Botánico constituyen un problema para la supervivencia de los árboles y, según podemos leer en las notas del parque, se permiten ciertas técnicas para que no hagan del recinto su residencia permanente.

Cerca del Parque Botánico está el ¨Art Gallery of New South Wales ¨ en cuyas galerías recorremos los trabajos de Rupert Bunny en el París de finales del siglo diecinueve, además de seis fotógrafos australianos que muestran la vida contemporánea australiana y ¨ The Dreamers ¨, trabajos de artistas aborígenes que rescatan y muestran la cultura originaria del país. Y en otras salas, cuadros de artistas australianos y clásicos europeos de diferentes épocas.

Salimos del museo y de nuevo se acerca una tormenta con fuerte viento, cruzamos el parque en dirección a nuestro hotel pero antes descansamos en un bar donde tomamos unos calamares y unos trozos de pizza con cerveza del país. De vuelta al hotel, cansados de toda la semana andando por la ciudad sentimos la llamada de una buena siesta. Al anochecer cenamos en un restaurante japonés cercano donde ya nos conocen y charlamos un rato con el dueño que vivió durante mucho tiempo en Tokyo pero lleva ya muchos años en Australia.

IX - BRISBANE - AUSTRALIA.



Miércoles, Febrero 17

BRISBANE

Después del desayuno y una vez recogido y preparado el equipaje salimos hacia el aeropuerto para coger un vuelo de Qantas a la una del mediodía. El aeropuerto es grande, muy limpio y bien cuidado, además algo que enseguida llama la atención es la falta de aglomeraciones, todo se hace mucho más fácil y sin agobios.

Hay tormenta sobre Brisbane pero descendemos suavemente tomando tierra una hora después de la salida. Como el avión no iba a gran altura pudimos disfrutar de las playas y kilómetros de costa, del mar y las grandes extensiones de este hermoso país.

El camino hasta el centro donde está el hotel es largo y pagamos cincuenta dólares por el taxi. No me gustan los hoteles modernos y lejos de sentirme relajado y cómodo me vuelvo irritable en cuanto atravieso la puerta principal. Me molesta que las personas que atienden el mostrador te tengan esperando sin siquiera preguntarte lo que quieres, esto, que puede ser accidental, lo he constatado en varios hoteles. También me pone de mal humor que tenga que usar una tarjeta ( que es la llave de la habitación ) para que funcione el ascensor. Ya sé, cuestiones de seguridad, sin duda, pero es algo que golpea mi sentido de la libertad. Son pequeñas cosas, pero las pequeñas cosas a mí me resultan importantes en el discurrir de la vida cotidiana como que en un hotel de lujo como es este te cobren veinticinco dólares adicionales por día para poder usar el Internet. En todos los modestos moteles de los Estados Unidos, a los que Carol y yo somos muy aficionados por su ambiente tranquilo y familiar, tienen ahora línea de Internet y en ninguno te cobran un penique por usarlo.

A las seis y media de la tarde bajamos a una sala del hotel para conocer a los demás viajeros y a parte de los miembros de la expedición. Después de la cena buffet se nos informa de los planes a seguir al día siguiente, maletas, traslado al aeropuerto, controles, llegada a Nueva Guinea, visados, recogida de equipajes, tarjetas de crédito y dinero en efectivo y algunos otros aspectos y preguntas.

Terminada la reunión volvemos a la habitación para preparar el equipaje y tener todo listo para el día siguiente.

X - BRISBANE - PORT MORESBY - PAPUA NEW GUINEA - EMBARQUE EN EL CLIPPER ODYSSEY.



Jueves, Febrero 18

BRISBANE - PORT MORESBY - PAPUA NEW GUINEA - EMBARQUE EN EL CLIPPER ODYSSEY

Nos levantamos relativamente temprano, desayuno en el buffet del hotel, identificación del equipaje y subida al autobús que nos conduce al aeropuerto, mucho tráfico en esta ciudad de Brisbane, por lo demás no llama mucho la atención el centro compuesto de altos edificios y algunas casas antiguas que no dicen nada desde el punto de vista artístico. El paisaje sin embargo es verde, cruzado por una ancha franja de agua. Todo se extiende en el horizonte debido a la gran cantidad de espacio disponible.

Llegamos al aeropuerto y pasamos todos los trámites oportunos de reserva de asientos, control de pasaportes, inmigración con mucha facilidad y esperamos la salida de nuestro vuelo en el moderno terminal del aeropuerto.

Llegamos a Moresby en Papua New Guinea y después de pasar la aduana subimos a unos autobuses que nos llevan a visitar el Museo Nacional y Centro de Arte primitivo y Sepik River Carving. Hace un calor húmedo muy fuerte, el paisaje es de colinas ondulantes y verdes. Según vamos hacia el museo pasamos por algunas calles, la gente con aspecto pobre pero no mísero, todos de raza negra, deambulan de un lado para otro o se concentran en grupos bajo los árboles, algunos tienen puestecitos de frutas o productos que no podemos identificar desde el autobús. Nos saludan y sonríen al pasar.

Las aguas que rodean Papua Nueva Guinea son de lo más exótico y en su mayor parte aún sin explorar. Miles de atolones de aguas transparentes que en conjunto con la tierra firme forman un área de más de dos millones de kilómetros cuadrados. La mayor parte del país exceptuando los valles cultivados está compuesto por bosque tropical donde crecen orquídeas y manglares y extensas zonas de pastizales.

Todas las islas están rodeadas de arrecifes de coral y playas de fina arena, el mar ofrece toda clase de excelentes pescados como tuna, marlin, barramundi, cangrejos y langostinos y gran variedad de peces tropicales.

La mayor parte de las gentes que habitan estas islas, más de seis millones, son de origen Melanesio. Aunque se hablan más de ochocientas lenguas se enseña el inglés a todas las poblaciones junto al Pidgin de Neo-Melanesia y el Hiri Motu que son también lenguas reconocidas en Papua – New Guinea.

En Port Moresby está la sede central para la promoción del turismo al que el gobierno está prestando una especial atención, por otro lado el país es rico en recursos naturales siendo los más importantes, el cobre, madera, copra, te, café y cacao. La industria también comienza a desarrollarse con fuerza.

Llegamos al museo que se compone de un edificio dilapidado, anticuado y poco atendido que sin embargo revela un interior interesante de las diferentes culturas con fotos, artefactos, tótems y objetos de metal y madera.

Papua New Guinea estuvo en manos de holandeses, alemanes e ingleses perdiendo los alemanes su territorio a consecuencia de la primera guerra mundial y a continuación de esta las Naciones Unidas puso en manos de Australia su administración. El país se convirtió en independiente en mil novecientos setenta y cinco en elecciones libres y democráticas pasando a ser el ciento cuarenta y dos miembro de las Naciones Unidas y también miembro del ¨ British Commonwealth ¨.

Port Moresby fue centro administrativo de los territorios australianos de Papua y New Guinea en los tiempos anteriores a la WWII. Durante la guerra fue un objetivo estratégico de los japoneses que intentaron invadir sin éxito. Todo el área se convirtió en centro operativo para la aviación de Estados Unidos y Australia en apoyo del esfuerzo aliado en el norte de New Guinea. Hoy Port Moresby es la capital de Papua – New Guinea.

Llegamos al barco, el MV Clipper Odyssey, nos llevan a nuestro camarote y después de refrescarnos un poco exploramos los diferentes niveles del barco usando el ascensor y también las escaleras. Bar, salón, comedores, biblioteca, gimnasio, sala de Internet. Parte el barco y sacamos algunas fotos en la cubierta superior del barco zarpando y de Port Moresby que va quedando atrás. Nos dirigimos a “Ashmore Reef,” Australia.

Hasta la hora de la cena estamos muy ocupados haciendo un ejercicio de seguridad con los salvavidas y poco después charla presentación de los componentes de la expedición así como algunos consejos y normas generales para el viaje. Nos hacemos una foto para la tarjeta de identificación a bordo y vamos a cenar.

XI - TORRES STRAIT - ASHMORE REEF



Viernes, Febrero 19

TORRES STRAIT ASHMORE REEF

Después de subir un par de cafés a la habitación nos preparamos para una charla sobre buceo. Subimos a los zodiacs que nos lleva al arrecife de coral. Mis gafas no ajustan bien y se llenan de agua, intento varias veces el buceo pero el agua me entra por la nariz y la respiración se hace difícil a través del tubo, al cabo de un rato y bastante cansado por la situación subo al zodiac y me dicen que debo recortarme el bigote para que ajuste mejor la máscara. El segundo consejo es que practique primero en la piscina hasta que me acostumbre. Como ninguna de las dos cosas me acomodan decido volver al barco. Me ducho, tomo una bebida y salgo a la cubierta a dar un paseo. Siempre he sido de secano, parece que con la edad más.

Carol vuelve al mediodía, su experiencia ha sido mejor aunque aún tiene que adaptarse al equipo que deja el barco, bastante deficiente. Comemos un sándwich y después de una pequeña siesta Carol vuelve a bucear teniendo esta vez una mejor experiencia. Por mi parte merodeo por el barco, voy a la pequeña biblioteca y escribo durante un buen rato.

Al atardecer hay un cocktail en el que da la bienvenida el capitán seguido de la cena. Después, como es nuestra costumbre, salimos a la cubierta superior a ver las estrellas y observar las luces de las boyas de situación que probablemente marcan las enormes zonas de arrecifes. En el horizonte alguna tormenta aislada ilumina momentáneamente cielo y mar.

XII - THURSDAY ISLAND - AUSTRALIA.



Sábado, Febrero 20

THURSDAY ISLAND – AUSTRALIA

Bajo a por café como de costumbre, sobre las nueve y cuarto comienza la primera charla de la mañana sobre ¨ Australia´s Biodiversity ¨ muy interesante y ameno, especialmente en esta zona del planeta donde hay tantas especies, tan diversas y algunas hasta hace muy poco todavía sin clasificar. Desgraciadamente todo está cambiando de forma muy acelerada y ya no queda un rincón en el mundo que se conserve impoluto como han estado algunos durante cientos de años.

A las once de la mañana tenemos una segunda presentación esta vez sobre Indonesia, por una señora de Nebraska, Linda Hahn, que vive allí y está casada con un indonesio. Es tal la cantidad de información resumida en el tiempo de una hora que resulta muy difícil de asimilar, de todas formas mañana volverá a dar otra presentación concretando más sobre los pueblos y etnias que se cuentan por cientos y así tendremos la oportunidad de comprender un poco más lo que significa Indonesia en este increíble mundo de islas, arrecifes y mar abierto.

Llegan al barco las autoridades australianas y tenemos que entregar fichas con nuestra identidad y pasaporte para que los oficiales hagan un reconocimiento visual de todo el pasaje.

Después de un bocadillo y ensalada tomamos una pequeña siesta hasta que nos llaman para desembarcar en Thursday Island.
Thursday Island es la capital de las diecisiete islas del ¨Torres Strait¨ . La isla tiene poco más de tres kilómetros cuadrados de extensión y la ciudad se sitúa en el extremo sur de la misma. La habitan menos de dos mil quinientas personas, a su alrededor se sitúan las islas de Tuesday Islets, Wednesday, Hammond, Horn, Goodes, Booby, Friday, Prince of Wales y Horn.

Luis Báez de Torres fue el primero en atravesar el estrecho en mil seiscientos seis, posteriormente el capitán Bligh, famoso por el motín que provocó en el barco a su mando ¨ The Bounty ¨, regresó a esas aguas en el Pandora y describió a los nativos como guerreros muy capaces y buenos hombres de mar, posteriormente el capitán Cook recorrió las islas y los arrecifes que le dieron muchos problemas de navegación en su barco ¨ Endevour ¨ en mil setecientos setenta reclamando el territorio en nombre de la corona inglesa.

En mil ochocientos ochenta la isla se convirtió en el centro del comercio de las perlas, muchos japoneses acudieron y fueron tiempos de muertes y asesinatos así como de secuestros para convertirlos en esclavos. En la WWII Torres Strait y las islas que lo componen formaron parte del frente de guerra contra Japón. A pesar de ello nunca fue bombardeado debido a la cantidad de japoneses que vivían en las islas.

Visitamos ¨ Green Hill Fortress and Lookout ¨ y el ¨ Torres Strait Museum ¨ en donde se cuenta la historia marítima, el comercio de las perlas y se muestran algunas formas de la cultura local. Después de estas visitas recorremos parte de la isla en autobús, playas, marismas, el cementerio, la escuela, las iglesias católica y protestante y algunas de las calles casi solitarias donde algunos habitantes nos saludan sentados en los porches de sus casas de madera con tejados de planchas de zinc. Hace un gran calor húmedo y volvemos a los zodiacs que nos llevan de nuevo a bordo donde nos entregan una toalla fría para refrescar la cara y una bebida.

A las seis y media de la tarde asistimos al cocktail esta vez en la cubierta de la piscina donde la bebida de la tarde es sangría y los aperitivos tortillas, guacamole, tomatitos con queso, salsas, dim sun y chile con carne.

Tras la puesta de sol y la partida de los pilotos que han estado dirigiendo el barco durante la tarde, se sirve la cena en el comedor principal. En nuestra mesa una señora de Rhode Island, otra de Washington y una mejicana que vive en Brasil con su sobrina estadounidense. Ambas hablan español. La cena se prolonga entre historias divertidas y somos los últimos en abandonar el salón. Carol y yo salimos a la cubierta a ver las estrellas y disfrutar un rato de la brisa nocturna que, aunque muy templada, se agradece.

XIII - NAVEGANDO POR EL ESTRECHO DE ARAFURA.



Domingo, Febrero 21

NAVEGANDO POR EL ESTRECHO DE ARAFURA

¨ Those low hollow coral islands bear no proportion to the vast ocean out of which they abruptly rise, and it seems wonderful that such weak invaders are not overwhelmed, by the all – powerful and never – tiring waves of that great sea, mis - called The Pacific. Charles Darwin, Voyage of the Beagle.

Hoy es un día de navegación completo hacia el oeste de New Guinea, entramos en Indonesia para llegar primero a la región de Asmat.

A las nueve y cuarto tenemos en el salón principal la primera charla de Linda Hahn ¨ The Asmat, A Past of Rituals and a Future of Uncertainties. ¨ Esta será la primera región de Indonesia a la que llegaremos mañana, y el momento de escribir unas líneas sobre estas tribus que viven cerca de la población de Agats, la capital regional de Asmat.

A las once ¨ Wildlife of New Guinea. ¨ Presentación sobre la vida salvaje en New Guinea y a continuación la comida, un rato de descanso y a las tres y cuarto una charla sobre fotografía digital, yendo un poco más allá del uso automático.

Tras una breve pausa para socializar un poco alrededor de una copa de helado asistimos a otra charla, esta vez titulada ¨ Sandalwood, Slaves, Souls and Spices, The History of the Spice Trade in Indonesia and Spices in Contemporary Culture. ¨

Todas las presentaciones van acompañadas de fotos y de mapas detallados de las diferentes regiones. Y aquí terminan las actividades programadas para hoy faltando solo el cóctel de la tarde y unas palabras a cargo del jefe de la expedición para resumir el día y hablar de mañana. A continuación la cena.

Seguimos navegando a buen ritmo y el barco empieza a moverse ligeramente, el tiempo parece estar cambiando y puede que esta noche tengamos alguna tormenta.

XIV - AGATS - PAPUA - INDONESIA.



Lunes, Febrero 22

AGATS – PAPUA – INDONESIA

Diez mil millas de manglares, bambú y palmeras de sago forman la región de Asmat que ha estado oculta durante siglos del mundo exterior. Las casas de los Asmat son de tipo lacustre para evitar las riadas creadas por las mareas. Estas mareas, las montañas del este y las leyendas del pasado salvaje de estas tribus las han mantenido incomunicadas del mundo. Los Asmats se dividen en dos grandes grupos, los que viven en la costa y los del interior. Difieren en dialectos y forma de vida, estructura social y ceremonias. Los habitantes de la costa a su vez se dividen en dos grupos, los Bisman entre los ríos Bisman, Sinetsy y Nin y las gentes de Sima.

Amanece con negros nubarrones y tormenta, durante la noche el barco se ha balanceado constantemente despertándonos en varias ocasiones pero tumbados en la cama se aguanta bien el movimiento.

Me levanto y bajo a por un par de cafés que subo a la habitación agarrándome al pasamanos de la escalera, el barco cabecea bastante, voy también a comprobar si se recibe el correo y vuelvo a seguir tomando el café. Me empiezo a sentir algo mareado y tengo que dejar de concentrar la atención en el ordenador. Poco después me acuesto hasta el mediodía momento en el que llegamos a la boya de Agats y el barco entra en un estrecho corredor que varía continuamente de posición.

Ya me encuentro mejor, comemos algo y a continuación vamos al puente para seguir las maniobras del capitán que tiene que corregir el rumbo constantemente, la profundidad desde la quilla es de tres metros bajando a dos y medio. La maniobra tiene que ser necesariamente lenta.

Durante la mañana ha habido una presentación a cargo de Linda Hahn en el salón principal sobre ¨ The Art of West Papua ¨ y a las cuatro habrá otra ¨ The Kokoda Track, Trail of Ghosts. ¨

Esperaremos a la subida de la marea para entrar en las aguas poco profundas del río Flamingo donde pasaremos la noche cerca de la población de Agats, la capital regional de Asmat. En este momento la profundidad desde la quilla del barco es de un metro noventa centímetros.

Nos dice el jefe de la expedición que el capitán no ha esperado a la subida total de la marea y por tanto hemos ganada tiempo y anclado varias horas antes de lo previsto. Esto hace que se varíen un poco los planes y se decide hacer un recorrido por uno de los canales que se adentran en la jungla.

Llueve mansa pero intensamente, bajamos a los zodiacs, extensiones enormes de agua y verdes orillas pobladas de manglares, subimos lentamente el cauce del río bajo un aguacero que nos ha empapado ya de los pies a la cabeza, pero hace calor y la lluvia es bienvenida. Las ramas se entrecruzan de un lado al otro de las orillas formando a veces puentes de vegetaciones que nos obliga a bajar las cabezas. Todo está en silencio excepto el sonido de la lluvia y algún que otro pájaro que produce un estridente sonido volando a la altura de la copa de los árboles. Flotando hacia nosotros vienen algunas muestras del presente en el que vivimos, recogemos una lata de Fanta, un trozo de una caja de poliestireno, una botella de plástico y en la orilla podemos observar de vez en cuando restos de latas vacías y otros objetos.

A ratos la sensación del silencio, la lluvia, los pájaros y la vegetación me transportan brevemente a un mundo pasado que imaginé en los libros de aventuras de mi niñez y juventud donde parte de la tierra era un lugar ignoto y sorprendente por lo extraño de su entorno y de sus gentes.

Volvemos al barco y después de cambiarnos asistimos a una charla sobre las actividades de mañana que pasaremos en las poblaciones de Agats y la villa de Ewer.

XV - AGATS - EWER VILLAGE - WEST PAPUA.



Martes, Febrero 23

POBLACIONES DE ASMAT

AGATS Y EWER VILLAGE, WEST PAPUA

Agats, centro administrativo de la región de Asmat es una ciudad de unos siete mil habitantes. En mil novecientos cincuenta y tres la misión católica se estableció permanentemente y también lo hizo Holanda. Bajo la presión internacional y una pequeña invasión Indonésica, los holandeses se vieron obligados a ceder sus derechos sobre la Nueva Guinea Holandesa en mil novecientos sesenta y dos y en Mayo del sesenta y tres la República de Indonesia asumió el control total de lo que se dio en llamar Irian Barat.

Los zodiacs nos llevan entre manglares, cacatúas, palomas y loros río arriba, comienzan las poblaciones lacustres y los nativos aparecen en las canoas cantando y dando gritos, acompañándonos con sus faldas de paja, lanzas y palos, cubiertos de pinturas de guerra hasta la población de Syuru Besar donde viven unas cuatrocientas familias para después adentrarnos andando en la población de Agats.

Como ha llovido copiosamente el día y la noche anterior, el lugar de desembarque en el poblado es una enorme piscina de lodo negro, una pendiente resbaladiza que sube hacia las casas suspendidas en estacas, palos y columnas de maderas muchas de ellas labradas con cabezas a modo de tótems, compuestas de cuatro paredes de tablas corroídas por el tiempo y techos de planchas de aluminio o zinc.

Las mujeres y los niños se agolpan a la entrada de las casas observándonos posiblemente con más interés que el que tenemos nosotros por ellos que es mucho. Mujeres y hombres llevan en brazos o de la mano a los niños, la mayor parte de ellos completamente desnudos que nos miran serios pero sonríen abiertamente al menor signo de amistad por nuestra parte.

Para poder atravesar el barrizal los nativos han dispuesto unas canoas en línea hasta la zona alta donde comienza la hierba. Andamos con mucha lentitud dentro de las canoas que están húmedas y resbaladizas mientras los guerreros hundidos en el lodo nos van pasando de mano en mano para conservar el equilibrio, muchos de ellos fuman al igual que las mujeres y al cogernos de los antebrazos nos saludan y sonríen, algunos hablan algo de inglés, la mayoría lo hacen en ¨ Bahasa ¨.

La marcha se hace lenta subiendo y bajando por unos escalones de madera hasta que llegamos a una zona relativamente seca donde está la choza principal, grande y alargada, construída de palos y techo de paja que es el lugar comunal de reunión y donde practican las ceremonias. El interior está atravesado de vigas de madera a poca altura por lo que hay que sentarse sobre las planchas de madera, en el centro los jefes forman un pequeño círculo y tocan tambores alargados profusamente decorados de figurillas humanas y elaborados dibujos tallados en la madera.
Algunos llevan atravesada la nariz por una ornamentación circular que estaba antiguamente elaborada en concha y ahora es de plástico. A su espalda arde un fuego en el que esparcen algún tipo de incienso que forma una nube dentro del espacio totalmente lleno de guerreros y turistas.

Comienza la ceremonia que consiste en un recitado del jefe acompañado del tambor y seguido de los gritos y movimientos de rodillas de los guerreros que se mezclan entre nosotros. Nos dicen que este ritual puede continuar durante horas pero en nuestro caso sólo hacen una demostración que termina en unos quince minutos.

Salimos a la explanada de la parte delantera de la casa y realizan otra ceremonia esta vez al parecer de fertilidad por el tipo de tótems que transportan. En todos estos movimientos las mujeres permanecen en un grupo separado cantando y bailando. En la ceremonia del interior de la choza no participan, ni tampoco en la bienvenida de las canoas en la que los hombre reman de pie y les acompañan los niños sentados en el fondo de las mismas.

Terminada la demostración continuamos la visita yendo hacia el centro de esta pequeña ciudad lacustre en la que las calles son plataformas y pasarelas de planchas de madera a través de varios kilómetros de manzanas de casas que según vamos andando hacia el interior se muestran más habitables, mejor construidas y algunas de ellas adornadas de tiestos y barandas con flores, asimismo la población deja de ser parte de la cultura Asmat predominando los rasgos indonésicos.

La gente circula en pequeñas motos y bicicletas y transportan mercancías de un lado a otro sonriéndonos al pasar, debajo de las casas y las pasarelas se acumula un mundo de basuras y detritus que pensamos que no estaría mal si alguien pusiera en marcha un plan de limpieza general que sin lugar a dudas evitaría un sinfín de enfermedades. Con todo, la población aparentemente parece sana aunque entre los negros de la cultura Asmat hemos podido ver enfermedades de la piel y otros muchos problemas que saltan a la vista, nuestro guía nos informa que hay servicio de medicina para la población pero que no se lleva con mucho rigor.

A lo largo del camino hacia el mercado vemos varios establecimientos católicos y centros de enseñanza, niños y niñas van uniformados y muy limpios, también llama la atención los guardias o policías paramilitares provistos de porras.

El mercado ocupa los lados de una de las calles lacustres y ofrece toda la variedad de verduras y frutas de la región así como ristras de pescados recién cogidos y ensartados en cañas de bambú de todos los tipos y tamaños muy abundante en el litoral.

Hace un calor sofocante, nos refugiamos en el museo de arte Asmat para descansar un momento del sol y ver el muestrario de escudos, lanzas, canoas, máscaras, tótems, calaveras y toda clase de objetos muchos de los cuales ya no se siguen haciendo con la precisión y paciencia de tiempo atrás.
Seguimos andando hasta un pequeño muelle en el que nos esperan los zodiacs y volvemos al barco a comer y descansar brevemente hasta la salida de la tarde.

Sobre las dos y media subimos de nuevo a los zodiacs emprendiendo la marcha por un extenso canal rodeado de manglares y jungla durante unos cinco kilómetros hasta llegar a la población Asmat de Ewer donde viven unas setecientas personas y está rodeada de otras pequeñas poblaciones. De nuevo nos reciben en canoas y acompañan hasta la orilla. El ceremonial es muy parecido al de la mañana, los guerreros son muy amables y nos acompañan entre cánticos y bailes. Las mujeres y especialmente los niños se muestran sonrientes y complacidos de que les hagamos fotos.

Volvemos al barco y tras asistir a una reunión para comentar el día y el plan para mañana, vamos a cenar y a dormir. El día ha sido largo y cansado.


XVI - JAUN VILLAGE - WEST PAPUA.


Miércoles, Febrero 24

JAUN VILLAGE, WEST PAPUA

La cultura Asmat pone mucho énfasis en sus objetos rituales. Creen que la humanidad comenzó con ¨ Fumeripitsji ¨ el Creador, que tallaba figuras humanas y las daba vida golpeando un tambor. Bajo esta creencia tallan sus objetos de madera con bellas figuras y adornos. Cada poblado tiene su tallista elegido entre los que demuestran más destreza. Las tallas eran tradicionalmente usadas solamente para las ceremonias y dejadas después en la jungla, pero ahora están muy solicitadas por los turistas. Los escudos decorados se usan en las ceremonias funerarias y también estaban orgullosos de sus calaveras. Los Asmat eran hasta hace poco tiempo cazadores de cabezas, cada cuatro o cinco años una población asaltaba a otra decapitando a tres o cuatro personas, parece ser que primero les avisaban tocando tambores y soplando tubos de madera para darles la oportunidad de huir del poblado. Estas prácticas eran recíprocas, haciendo lo mismo el poblado afectado cuando sentían que había llegado el momento de hacerlo. Aunque en las poblaciones de la ribera ya no existen estas prácticas se rumorea que en los poblados del interior aún se sigue con estos ritos de la cultura Asmat.

Desembarcamos a las ocho y media para hacer la visita a Jaun. Carol fue a las cinco y media de la mañana a observar a los pájaros en el amanecer subiendo el río Lorentz. Le ha quedado el tiempo suficiente para tomar un café entre expediciones, los horarios a bordo, si se siguen al pie de la letra, no dejan tiempo para hacer nada que no sea estrictamente las actividades programadas.

El poblado está compuesto de unas doscientas personas que practican el animismo y veneran a sus antepasados y confeccionan máscaras de los espíritus. Se repiten más o menos las mismas ceremonias del día anterior, recibimiento con las canoas entre gritos rítmicos hasta desembarcar en la orilla cubierto de fango, después ceremonia en la gran choza principal acompañados por jefes y guerreros más las mujeres y los niños ocupando el fondo del gran recinto. Uno de los guías del barco les hace entrega de materiales escolares para repartir entre los niños que agradecen con unas palabras y los aplausos de todos nosotros. Nos hacen saber que no pueden hacer muchas ceremonias debido a que han pasado la noche tocando los tambores porque ha habido un fallecimiento en la tribu y ahora tienen que guardar un cierto respeto en honor al difunto.

Fuera del edificio se celebra una danza, a un lado las mujeres separadas a cierta distancia de los hombres y en el centro los hombres y niños que rodean a dos espíritus representando el bien y el mal con trajes de paja y símbolos en la cabeza.

Volvemos al barco para ducharnos, cambiarnos de ropa y comer. Después no hay ninguna actividad hasta las cinco con la presentación ¨ The Kokoda Track, Trail of Ghosts.¨

Haciendo un pequeño resumen de la cultura Asmat y pensando en su futuro me da la sensación de que al ritmo de invasión que sufre el mundo, no pasará ya mucho tiempo en que los escasos lugares que aún se encuentran en estado semiprimitivo sean absorbidos por el resto de Indonesia. Las tribus, nos dicen, han abandonado ya muchas de sus costumbres ancestrales, llegan hasta ellos los productos comerciales del exterior, reciben subsidios del estado y el alcohol está haciendo estragos entre las poblaciones.

Lo queramos o no el mundo se globaliza haciendo tabla rasa de todas las culturas y llegando a todos los lugares. Zonas que durante siglos habían estado aisladas por cordilleras inaccesibles o tremendas masas de agua aislando a sus habitantes, como la cultura de los Asmat, están ahora cambiando día a día, sus hábitos, costumbres, vestidos, comidas, su pasado guerrero. Es difícil pensar qué puede ser mejor para ellos, si seguir aislados, libres y en su mundo, en caso de que esto fuera posible, o dejar atrás su pasado para vivir una vida más cercana a los beneficios de la medicina, la educación y el progreso. No me siento capaz de responder a esto. Creo que cada ser humano debe de poder vivir conforme a sus tradiciones y cultura pero también pienso que el hombre evoluciona constantemente, tiene que hacerlo, su destino es buscar nuevos caminos, abrir nuevas fronteras, adaptarse a un mundo siempre cambiante.

Tras la presentación a las cinco de la tarde sobre la guerra contra los japoneses en esta zona, las enfermedades, vicisitudes, hambre y penalidades en general que afectaron sobre todo a los australianos y japoneses, se da por terminado el día. Es hora de los resúmenes y los planes para mañana. Bebidas y cena en el comedor.