viernes, 2 de abril de 2010

VI - SYDNEY - AUSTRALIA.


Domingo, Febrero 14

SYDNEY

Siguen las tormentas, llueve a ratos y hace un calor húmedo. En esta mañana de domingo, tranquila y sin tráfico, decidimos recorrer la ciudad en autobús con la única intención de parar a comer algo al mediodía al otro lado del puente. Dos cosas llaman nuestra atención, la primera, al pasar por el barrio chino, es la enorme cantidad de gente que asiste a la celebración del año nuevo chino, la gente se agolpa en las aceras añadiéndose la que acaba de desembarcar de un crucero gigante que ha atracado en el cercano muelle de pasajeros. Tardamos un buen rato en cruzar las calles pues el autobús se mueve centímetro a centímetro.

La segunda es la cantidad de bodas que se celebran en todos los barrios, principalmente en las cercanías de ¨ The Rocks ¨ donde hay varias iglesias y capillas. No en balde hoy es el día de los enamorados, San Valentín. Muchas de las parejas son chinas y llevan damas de honor con vestidos de tonos calabaza, limón, ocres y rosas. Les encanta posar en las rocas frente al mar, en los parques sobre las verdes praderas y los árboles exóticos, a lo largo del malecón y en el edificio de la ópera, en su frente de escaleras de piedra o en la gran explanada que lo rodea. Les deseo mentalmente buena suerte viéndoles sonrientes en la línea de salida de un camino largo y complicado.

El puente de la bahía de Sydney, visible desde cualquier punto de la ciudad, se terminó de construir en mil novecientos treinta y dos constituyendo un triunfo de la ingeniería de la época al tiempo que remedió en parte la necesidad de trabajo en un período de gran depresión económica. En los tiempos anteriores al puente el único medio de desplazarse desde el centro de la ciudad en el sur y la zona residencial del norte era usando el ferry o dando un rodeo de veinte kilómetros a través de cinco puentes. El proyecto tardó ocho años en terminarse pero incluía vía de ferrocarril, amplias calzadas en ambos sentidos así como aceras para cruzarlo andando.

Nos bajamos del autobús en ¨ Kirribilli Point¨ al otro lado del puente y entramos en un ¨ Fish and Chips ¨ donde tomamos el pez ¨Barramundi ¨ típico de Australia con patatas fritas y vinagre de malta. Se trata de un pescado blanco de muy buen sabor que abunda en las aguas próximas a Sydney.

Continuamos hacia el ¨ Luna Park ¨ que es un parque de atracciones y seguimos andando a lo largo de un amplio paseo desde el que se pueden tomar muy buenas fotos del puente, la bahía y el edificio de la ópera. Llueve con fuerza y cogemos el primer ferry disponible de vuelta al centro, en la zona de la ópera.

Volvemos andando por un sendero a orilla del mar hasta llegar al museo de arte donde nos subimos a un autobús de vuelta a Challis Avenue cerca de la calle Victoria, la zona de nuestro hostal. Atardece y el cielo está muy oscuro debido a otra tormenta a punto de descargar. Dejamos nuestras cosas en el hotel, cogemos un paraguas y nos acercamos a un restaurante tailandés donde cenamos. La comida es exquisita y Carol disfruta mucho de ella pero los picantes no son santos de mi devoción por lo que hubiera preferido tomarme un vaso de leche con unas magdalenas. Cosas de la vida. Nos vamos a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario