viernes, 2 de abril de 2010

III - SYDNEY - AUSTRALIA.



Jueves, Febrero 11

SYDNEY

Desayunamos sin prisas sobre las siete y media, somos los primeros, hace ya calor y tras de las ventanas podemos oír a las cotorras de árbol en árbol y un persistente canto de cigarras. Tomamos café, un huevo duro y pan tostado con jamón cocido. Nos atiende una jovencita, Jessica, que nos dice es francesa y está pasando el verano en Sydney, la señora que atiende las labores en el hostal es chilena y nos comenta que lleva más de treinta años en Australia, no ha vuelto a Chile – dice – y no vivió la caída del presidente Allende y la dictadura de Pinochet. Tiene sesenta y siete años y nos sonríe comentando que no para de trabajar todo el día y que quizás esa actividad es lo que le mantiene llena de energía y físicamente en buenas condiciones.

El hostal ¨ The Simpsons House¨ fue construido en mil ochocientos noventa y dos en este barrio llamado Potts Point, se le puso el nombre de ¨ Killountan ¨ y fue remodelado en mil novecientos veinte. Permanecen en el interior de la casa toques de Art Noveau tanto en la decoración de paredes y chimeneas como en telas y muebles. El desayuno se sirve en una amplia estancia de techo de cristal junto al jardín. Las habitaciones se reparten entre los dos pisos y el salón, comedor y pasillos están cubiertos de cuadros acumulados a través de los años, muebles antiguos y butacas y tumbonas sobre suelos de madera y grandes alfombras, libros, recuerdos, lámparas, velas, jarrones, licoreras, atraen la atención y forman un conjunto suave y reposado en la penumbra que proporciona el verdor del jardín.

Comenzamos el día adquiriendo unos pases que cubren todo el transporte urbano incluyendo los autobuses turísticos que son una gran idea para hacer un recorrido general previo que nos de una idea de cómo se conforma la ciudad. Cruzamos el famoso puente de la bahía desde el que hay una magnífica vista que incluye el Edificio de la Opera, la obra más destacada de la ciudad.

Las seis zonas en las que se divide la ciudad son el ¨ City Centre ¨ ¨ Botanic Gardens and The Domain¨ ¨ The Rocks and Circular Quay¨ ¨ Kings Cross and Darlinghurst¨ y un poco más en la periferia ¨Darling Harbour¨ y ¨Paddington¨.

Sydney se sitúa en la costa este de Australia ocupando una estupenda extensión de tres mil setecientos kilómetros cuadrados en los que posiblemente haya los puertos y playas mejores del mundo entero. Centro financiero, periodístico y punto más importante del país en cuanto a las comunicaciones exteriores, tiene cuatro millones de habitantes y el privilegio de ser la ciudad más antigua de Australia.

Visitamos el ¨ Australian National Maritime Museum¨ cuya principal atracción es una réplica del ¨ HMS Endeavour ¨ que al mando del capitán Cook recorrió y levantó cartas de toda la costa este de Australia en mil setecientos setenta.

La historia de Australia está ligada a las tradiciones marineras, en el museo se describe y documentan las culturas de los aborígenes, los viajes europeos explorando el Pacífico, la llegada de los barcos de presos, las oleadas de inmigrantes, la vida naval y deportiva de los australianos y el comercio marítimo.

También visitamos un barco de guerra ¨The Vampire¨ que participó activamente en la WWII tanto en Europa como en Japón formando parte de la flota aliada. Asimismo tenemos ocasión de entrar en un submarino del período de los años sesenta, a medio camino entre las tecnologías de la WWII y el cambio radical que tendría lugar con el advenimiento de la propulsión nuclear, los medios de comunicación por satélite y el poder destructivo de los misiles de cabeza nuclear.

Al atardecer tomamos un autobús que nos lleva al centro, mucho tráfico y gente marchando a buen paso por las aceras, comercios y bares llenos de un público en su mayoría joven que se desborda ocupando mesas en las aceras. Cogemos otro autobús para llegar a Chinatown también rebosante de público que entra en pequeñas tiendas y sobre todo en una enorme galería comercial repleta de franquicias y tiendas internacionales que son ya algo común en cualquier parte del mundo que no me atraen en absoluto y de las que procuro alejarme lo más pronto posible.

El Chinatown de Sydney es pequeño y carente de interés, alguna tienda de comidas chinas, tes, frutas y verduras y un escaso número de restaurantes. Quizás opine de esta manera debido a que vivimos muy cerca del Chinatown de San Francisco que es único en el mundo y su historia se remonta a los orígenes del establecimiento de los Estados Unidos de Norteamérica.

Entramos a cenar en el momento oportuno porque poco después el restaurante se llena y al salir hay mucha gente esperando en la calle. La comida resulta discretamente buena y los precios elevados. Pero de nuevo tengo que admitir que estamos acostumbrados a unos restaurantes, comercios y barrio chino en San Francisco que no tienen nada que ver con este de Sydney.

Volvemos al hostal en taxi, el primer taxista que es netamente Australiano, hablamos de acentos y giros idiomáticos, cambiamos para recordar a The Animals, Greatful Dead y el inolvidable Jerry García, The Summer of Love, James Taylor, Carly Simmon y Jackson Brown para terminar hablando de la economía y la expansión urbanística con sus precios imposibles. Nos retiramos a descansar.

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