viernes, 2 de abril de 2010

V - SYDNEY - AUSTRALIA.



Sábado, Febrero 13

SYDNEY

Durante la noche han descargado varias tormentas y lejos de aliviar la temperatura han dejado un calor húmedo que nos acompaña en nuestra primera visita de la mañana a ¨ St Mary´s Cathedral ¨. Aunque los católicos llegaron con la flota en la primera oleada, se les prohibió la celebración de la misa para prevenir que los sacerdotes provocaran revueltas civiles entre la población mayoritariamente irlandesa. Pero los servicios se hicieron oficiales a partir de mil ochocientos veinte. En mil ochocientos veintiuno el gobernador Macquarie puso la primera piedra para la fundación de la catedral de St Mary. La primera sección fue inaugurada en mil ochocientos ochenta y dos y terminada en su estilo neogótico en mil novecientos veintiocho. Enfrente de ella se sitúa el parque ¨ Hyde Park ¨ que demarcaba el límite de la ciudad y en el que se ejercitaban las tropas que la protegían. Ahora es una refrescante zona verde en el mismo centro de la ciudad financiera y comercial.

Una de las más importantes visitas para comprender mínimamente la historia natural de Australia es precisamente el ¨ Australian Museum¨ que de acuerdo con las guías sigue siendo el más importante del país. Así que nos adentramos en el impresionante edificio construido de piedra arenisca, como la totalidad de los antiguos edificios oficiales, y subimos por su espléndida escalera de mármol.

La visita puede hacerse muy larga si se sigue en profundidad, pero nosotros decidimos pasear con tranquilidad por las salas y detenernos en aquellos puntos que más atraen nuestro interés. Es un completo viaje a través de Australia y la cercana costa del Pacífico cubriendo toda su biología así como la historia natural y cultural.

Una parte importante está dedicada a los indígenas australianos, su historia, costumbres y casi desaparición con la llegada de los europeos. Evocativo, triste, lacerante pero irreversible, algunos acontecimientos recuerdan la persecución y muerte que sufrieron por los invasores, la pérdida de identidad y el casi exterminio. Con el tiempo, mucho tiempo, se les ha reconocido finalmente su identidad, ahora que ya no son un peligro para nadie y han quedado como una pincelada turística en estas tierras que en un tiempo nadie quería, un tiempo en el que los indígenas vivieron su historia.

La sección dedicada a los minerales es muy extensa y cubre toda la variedad de gemas y piedras, en mil ochocientos sesenta y nueve se descubrió la pepita de oro más grande encontrada en Australia, nada menos que setenta y un kilos, en ese tiempo y debido a la fiebre del oro que corrió de boca en boca la población australiana se duplicó en diez años.

La sección de pájaros e insectos forma un ejército difícil de asimilar en un primer vistazo, destacan las arañas venenosas y la variedad de cacatúas multicolores, avestruces y pájaros de todos los tamaños. En otra sala se presta atención a la supervivencia de las especies en una Australia continuamente evolucionando y de como se adaptan a los cambios y nuevas formas de vida.

La visita a los museos es algo que siempre me deja muy cansado aunque en general es compensado por la sensación de confort intelectual que proporcionan y este desde luego cumple sobradamente con su cometido.

En la calle continúa el calor húmedo, vamos andando hacia el centro ocupado por una gran cantidad de público, la mayoría joven, que va de tiendas en esta mañana de sábado. Las calles que en su momento estuvieron sin pavimentar, cubiertas de barro, ocupadas por tabernas, chiringuitos, salas de juego y parques donde se practicaba el boxeo, se instalaban circos y de vez en cuando se colgaba a alguien es ahora una zona de tiendas elegantes, cafeterías, grandes almacenes, galerías comerciales que aún conservan el sabor del siglo diecinueve en su estructura, y tiendas especializadas como la de Apple que ocupa tres plantas de un edificio recubierto de planchas transparentes a través de las cuales un público muy numeroso se agolpa en la contemplación del universo tecnológico que ofrece esa empresa.

Atravesamos la galería del ¨ Strand Arcade ¨ un recordatorio de la era Victoriana cuando Sydney tenía fama por sus elegantes tiendas adornadas de maderas, candelabros, relojes, techos de cristal por los que entraba la luz natural, y suelos de baldosas multicolores.

Después de pasear, ver tiendas y escaparates y también observar a la gente, mezcla de muchas diferentes etnias predominando las asiáticas, subiendo y bajando por las calles, decidimos coger un autobús y volver a nuestro ¨ Bed and Breakfast ¨ en el barrio de ¨ Potts Point ¨ . Comienza a llover, nos quedamos en la habitación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario