viernes, 2 de abril de 2010

I - SYDNEY - AUSTRALIA.



Lunes, Febrero 8

SAN FRANCISCO

Es la primera vez que emprendemos un vuelo nocturno. Salimos hacia Sydney a las diez cincuenta de la noche. El 747- 400 de Quantas se dirige lentamente hasta el principio de la pista situada en el mismo borde de la bahía para acelerar hacia las colinas de South San Francisco en un despegue potente y suave que alcanza la altura de crucero sin que apenas nos demos cuenta de ello. Lejos quedan ya los días de aquellos primeros Jumbos de los años setenta, muy impresionantes para la época, que nos trajeron y llevaron a través del Atlántico durante años. Los de ahora son incluso más grandes, tecnológicamente mucho más evolucionados y estéticamente mejor diseñados, con asientos envolventes que se convierten prácticamente en camas, mejor aprovechamiento interior y un segundo piso al que se accede a los asientos de primera clase.

El vuelo a Sydney tiene una duración de trece horas que pasamos casi en su totalidad durmiendo, después del desayuno y el aseo comenzamos a descender sobre la costa que aparece bordeada de acantilados, marismas, playas y extensas zonas de monte bajo que nos encaminan al aeropuerto de Sydney. Hemos saltado un día.

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