viernes, 2 de abril de 2010

IV - SYDNEY - AUSTRALIA.



Viernes, Febrero 12

SYDNEY

Recibimos un correo de Jackie con la triste noticia de que el abuelo Fujiwara ha muerto. Tuvimos el honor de visitar su casa en cuatro ocasiones. Japón y los Fujiwara forman parte de nuestras vidas.

Los aborígenes australianos consideran que su historia comienza en un tiempo que llaman ¨ Los Sueños ¨. Es una poética forma de interpretar su historia. Parece ser que estas gentes vinieron de Asia hace unos cincuenta mil años viviendo desde entonces en la zona que ahora se llama Sydney hasta que los europeos llegaron terminando violentamente con este antiguo mundo. En mil setecientos sesenta y ocho el capitán Cook recorrió todo el territorio que los holandeses habían denominado ¨ New Holland ¨ desembarcando en Botany Bay en mil setecientos setenta. Bajo el consejo de Sir Joseph Banks que acompañó a Cooks en el ¨ Endevour¨ como botánico, se estableció una colonia penal para liberar de presos las cárceles británicas que ya no tenían suficiente espacio. Mil cuatrocientos ochenta y cinco convictos, guardias, soldados, oficiales, mujeres y niños desembarcaron provocando el principio del fin de los aborígenes que no tenían defensas para sobrevivir a las enfermedades europeas y que tampoco pudieron sobrevivir a las luchas que sostuvieron con los inmigrantes ingleses. En mil novecientos setenta y tres la colonia de aborígenes que aún sobrevive asistió al sarcasmo de recibir la concesión de la ciudadanía con todos sus derechos y el respeto a sus tradiciones. Más vale tarde que nunca.

En los doscientos años de asentamiento europeo Sydney ha pasado por períodos de crecimiento y depresión, la fiebre del oro, el comercio marítimo, la depresión y las guerras mundiales. Aunque conserva una mezcla de carácter inglés e influencias aborígenes las sucesivas oleadas de gentes asiáticas y del resto del mundo han convertido a Sydney en una ciudad moderna y cosmopolita.

Hoy hace más calor que los días anteriores, nos acercamos al acuario, ¨ Sydney Aquarium and Sydney Wildlife World ¨ que contiene más de doce mil animales de seiscientas cincuenta especies tanto de agua dulce como salada. Una de las principales atracciones es el fondo marino simulado con ciento sesenta y cinco metros de túneles de fibra acrílica desde los que se pueden contemplar todo tipo de peces y plantas marinas. Arrecifes de coral, peces de todas las gamas de colores, tiburones, tortugas, moluscos y otros invertebrados, peces únicos como el ¨ Barramundi ¨ que cambia de sexo después de cuatro años, pingüinos y focas.

Tras un par de horas en el acuario seguimos a ¨ The Rocks ¨ primer asentamiento y lugar muy popular hoy en día. Comercios, restaurantes y bares. Entramos a refrescarnos en el edificio ¨ Argyle ¨ un bar con techos y vigas de madera, amplio, cómodo donde tomamos unas cervezas y un aperitivo de calamares. Nos atiende una joven que nos dice ser de Polonia, lleva algún tiempo en Australia y ha estado en varios países de Sudamérica.

Paseamos por las calles empedradas donde hay un pequeño mercadillo en el que están guisando en unas grandes paelleras pasta, tomates y champiñones. En una de las calles laterales que aún conservan los edificios de ladrillo de los primeras familias que prácticamente carecían de todo y dependían de las provisiones que llegaban por mar, entramos en un pequeño museo ¨ The Rocks ¨ en el que se acumula la historia de este barrio junto a los descubrimientos arqueológicos parte de ellos provenientes de un pozo que tenía en su propiedad un carnicero que lo usaba para tirar los despojos y que luego se convirtió en el vertedero de todos los objetos deteriorados que ahora han vuelto a la luz para explicar la historia de aquellas gentes, su lucha por la vida, sus vivencias personales, como la de una señora que se casó y tuvo seis hijos con alguien que a su vez tenía otros cinco, enviudó, se volvió a casar y tuvo otros cinco más con el segundo marido, volvió a enviudar y se casó con un marino francés con el que tuvo dos más. O la historia de un expresidiario que se convirtió en comerciante, tuvo dos hijos sin casarse, al mismo tiempo contrajo nupcias con otra persona con la que tuvo varios hijos y decidió envenenar a su primera pareja cosa que hizo y que poco después le condujo a la horca.

Es viernes por la tarde, el tráfico es denso, el cielo está cubierto y el viento acerca una fuerte tormenta con relámpagos y truenos. Llegamos al hostal y dejamos las cámaras para ir a cenar a un restaurante japonés muy cercano, somos los primeros clientes de la tarde y nos atiende una muchacha coreana que mientras nos prepara carne asada en una parrilla en la misma mesa nos cuenta que ha viajado por la India, Japón, parte de Sudamérica y ya está pensando en otros viajes. Afuera descarga la tormenta con fuerza, tomamos sopa miso, un par de aperitivos de tofu, pepinillos curados y carne a la brasa con arroz blanco. Esperamos un rato después de la cena a que amaine el temporal y regresamos al hotel.

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