viernes, 2 de abril de 2010

XIV - AGATS - PAPUA - INDONESIA.



Lunes, Febrero 22

AGATS – PAPUA – INDONESIA

Diez mil millas de manglares, bambú y palmeras de sago forman la región de Asmat que ha estado oculta durante siglos del mundo exterior. Las casas de los Asmat son de tipo lacustre para evitar las riadas creadas por las mareas. Estas mareas, las montañas del este y las leyendas del pasado salvaje de estas tribus las han mantenido incomunicadas del mundo. Los Asmats se dividen en dos grandes grupos, los que viven en la costa y los del interior. Difieren en dialectos y forma de vida, estructura social y ceremonias. Los habitantes de la costa a su vez se dividen en dos grupos, los Bisman entre los ríos Bisman, Sinetsy y Nin y las gentes de Sima.

Amanece con negros nubarrones y tormenta, durante la noche el barco se ha balanceado constantemente despertándonos en varias ocasiones pero tumbados en la cama se aguanta bien el movimiento.

Me levanto y bajo a por un par de cafés que subo a la habitación agarrándome al pasamanos de la escalera, el barco cabecea bastante, voy también a comprobar si se recibe el correo y vuelvo a seguir tomando el café. Me empiezo a sentir algo mareado y tengo que dejar de concentrar la atención en el ordenador. Poco después me acuesto hasta el mediodía momento en el que llegamos a la boya de Agats y el barco entra en un estrecho corredor que varía continuamente de posición.

Ya me encuentro mejor, comemos algo y a continuación vamos al puente para seguir las maniobras del capitán que tiene que corregir el rumbo constantemente, la profundidad desde la quilla es de tres metros bajando a dos y medio. La maniobra tiene que ser necesariamente lenta.

Durante la mañana ha habido una presentación a cargo de Linda Hahn en el salón principal sobre ¨ The Art of West Papua ¨ y a las cuatro habrá otra ¨ The Kokoda Track, Trail of Ghosts. ¨

Esperaremos a la subida de la marea para entrar en las aguas poco profundas del río Flamingo donde pasaremos la noche cerca de la población de Agats, la capital regional de Asmat. En este momento la profundidad desde la quilla del barco es de un metro noventa centímetros.

Nos dice el jefe de la expedición que el capitán no ha esperado a la subida total de la marea y por tanto hemos ganada tiempo y anclado varias horas antes de lo previsto. Esto hace que se varíen un poco los planes y se decide hacer un recorrido por uno de los canales que se adentran en la jungla.

Llueve mansa pero intensamente, bajamos a los zodiacs, extensiones enormes de agua y verdes orillas pobladas de manglares, subimos lentamente el cauce del río bajo un aguacero que nos ha empapado ya de los pies a la cabeza, pero hace calor y la lluvia es bienvenida. Las ramas se entrecruzan de un lado al otro de las orillas formando a veces puentes de vegetaciones que nos obliga a bajar las cabezas. Todo está en silencio excepto el sonido de la lluvia y algún que otro pájaro que produce un estridente sonido volando a la altura de la copa de los árboles. Flotando hacia nosotros vienen algunas muestras del presente en el que vivimos, recogemos una lata de Fanta, un trozo de una caja de poliestireno, una botella de plástico y en la orilla podemos observar de vez en cuando restos de latas vacías y otros objetos.

A ratos la sensación del silencio, la lluvia, los pájaros y la vegetación me transportan brevemente a un mundo pasado que imaginé en los libros de aventuras de mi niñez y juventud donde parte de la tierra era un lugar ignoto y sorprendente por lo extraño de su entorno y de sus gentes.

Volvemos al barco y después de cambiarnos asistimos a una charla sobre las actividades de mañana que pasaremos en las poblaciones de Agats y la villa de Ewer.

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