jueves, 1 de abril de 2010

XXXV - SUMBAWA ISLAND - SATONDA ISLAND - INDONESIA.


Martes, Marzo 16

SUMBAWA ISLAND – SATONDA ISLAND

En la desierta isla de Satonda se puede contemplar el volcán Tambora, cuya erupción de mil ochocientos quince ha quedado como la más grande de la historia, la isla de Satonda reposa plácidamente en su pequeño espacio circular que es un antiguo cono volcánico, la isla está situada en la punta de la península de Tambora.

Visitamos temprano la isla de Kenanga, pero antes se acercan varios expedicionarios para tratar con los ancianos de la villa un pequeño recibimiento por parte de la población. Como es costumbre en todas las visitas se les compensa con materiales escolares o alguna cantidad de dinero. Al parecer quedan tan satisfechos con lo ofrecido que deciden hacer un recibimiento con varios actos folklóricos y el privilegio de asistir a la circuncisión de varios niños de la población.

Lo de la circuncisión no es del agrado de los pasajeros pero no se puede dar marcha atrás diciéndoles que no cuando ellos lo ofrecen como algo que supone un momento muy importante en su cultura y tradición. Así que bajamos todos a los zodiacs y llegamos a la playa donde nos esperan en gran recibimiento ataviados con sus trajes regionales, cantando y tocando instrumentos.

Bajo un tremendo calor, empapados de sudor de la cabeza a los pies asistimos a los diferentes bailes de gran colorido, danzas guerreras, actuaciones de los niños de los colegios. Alineados en hileras de sillas en una especie de pabellón abierto se sientan todos los pasajeros con sus cámaras de fotos.

Finalmente cuando ya creíamos que las circuncisiones no se iban a realizar comenzaron a desfilar los niños y el médico del poblado a realizar las operaciones delante de todo el pueblo y el pasaje que algo consternado, algunas damas llorando, seguían haciendo fotos de un acontecimiento poco usual en esas circunstancias. Algunas señoras lloraban a moco tendido pero no dejaban de hacer fotos. Otros abandonaban discretamente el local y volvían a la playa para embarcar en los zodiacs de vuelta al barco.

Con todo, resultó ser una de las visitas más agradables por la acogida cordial de la gente, los niños sonrientes que corrían como locos en la playa, chapoteaban en el agua y se subían a los zodiacs en los que finalmente consiguieron dar un paseo con la alegría desbordante de todos.

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