viernes, 2 de abril de 2010

XXIV - MANADO - SULAWESI ISLAND - INDONESIA - DISEMBARK


Viernes, Marzo 5

MANADO – SULAWESI ISLAND – INDONESIA - DISEMBARK

Bajo a por café y me encuentro con el capitán con el que cruzo unas palabras. Los pasajeros que desembarcan preparan sus maletas y los que nos quedamos tenemos un poco más de tiempo para preparar la excursión de hoy.

Desembarcamos alrededor de las ocho y media en el muelle de Manado, como en otras ocasiones nos espera un grupo folklórico que hace los honores con sus bailes y toques de tambor. Subimos a los autobuses y partimos cruzando por el centro de Manado que a estas horas rebosa de actividad, motos y coches, furgonetas, taxis y multitud de gente a pie que atiende sus negocios en plena calle o en establecimientos con aspecto pobre pero limpios y acondicionados.

Hace calor y un sol intenso, nos dirigimos hacia las montañas en subida pronunciada por una carretera estrecha y mal asfaltada con un río de tráfico que no cesa en ambas direcciones. El mayor número de vehículos son motocicletas de poca cilindrada de las que sacan un gran partido, en algunas de ellas podemos ver hasta cuatro personas, el padre conduciendo y dos niños en medio protegidos por la madre a la que casi no le queda espacio, las medidas de seguridad no parecen conocerse o importarles, nadie o casi nadie lleva casco. Conducen bastante deprisa y con gran destreza, se pitan unos a otros y constantemente están a punto de chocar de frente con los vehículos que vienen en la otra dirección pero sorprendentemente nunca ocurre y todos maniobran y salen de los atascos sin inmutarse.

A izquierda y derecha el paisaje se torna selvático, profundo, atrás dejamos la espléndida bahía y la ciudad de Manado. A lo largo del camino innumerables tenderetes ofrecen su mercancía de frutas y objetos artesanales. Atravesamos diversas poblaciones todas compuestas por casas de aspecto pobre con tejados de chapa pero limpias e incluso adornadas con tiestos de flores. A lo largo de la carretera y en las poblaciones hay carteles de propaganda electoral de diversos partidos y coaliciones, sorprende ver la cantidad de candidatos militares que posan con sus uniformes y el pecho cuajado de medallas, la tendencia al autoritarismo es muy marcada en estas tierras y sus gentes sencillas son firmes en sus puntos de vista y les gusta mandar como también ocurre en Las Filipinas. También posan en los carteles otros candidatos que se fotografían con su mujer y sus hijos, aunque no puedo entender sus consignas no es difícil adivinar que hay de todo, ecologistas, militaristas, candidatos de derecha e izquierda, etc.

Tardamos una hora y media en llegar al mercado de la población de Tomohon donde nos advierten que algunos puestos no son para estómagos occidentales por el tipo de animales sacrificados como perros y gatos. Efectivamente en la parte de las carnes hay puestos donde venden ratas chamuscadas, operación que realizan allí mismo, también un tipo de murciélago de gran tamaño, el ¨ fly fox ¨ y que el guía muestra extendiendo sus alas. Pobre. Para nuestro alivio no encontramos ni perros ni gatos.

Por lo demás el mercado muestra una gran abundancia de pescado, frutas y verduras y puestos de pasta cocida para preparar Ramen. Como de costumbre la gente es alegre, cordial y participa con nosotros en las fotos y nos acoge con agrado cosa que es muy de agradecer.

Continuamos a la población de Tondano al borde de un magnífico valle cubierto de campos de arroz. Nos esperan unos treinta ¨ Bendi ¨ unos carritos para dos personas tirados por caballos. Formamos una larga caravana a través del valle y nos adelantan motos y coches que nos saludan y sonríen. Los agricultores que trabajan el arroz sumergidos en el agua casi hasta la cintura interrumpen momentáneamente su quehacer para vernos pasar.

De nuevo en los autobuses continuamos camino a través de varias poblaciones para llegar al ¨ Tumau Tou Restaurant. ¨ una finca muy bien cuidada con grandes parcelas de hierba, flores y parterres y un impresionante volcán al fondo.

Nos tienen preparado un buffet al aire libre, arroz blanco, pescado en una salsa muy picante, pollo asado en trozos con soja, verduras salteadas, cerdo con pimiento en salsa, caballas pequeñas asadas, pescado rebozado frito, fideos en salsa, sopa de maíz y guisantes…todo muy condimentado y sabroso acompañado de cerveza. De postre macedonia de frutas en salsa de coco, plátanos fritos y pastas almendradas.

Continuamos al lago Linau dentro de un parque nacional donde la gente acude a las aguas termales, el lago de aspecto grisáceo a la luz del sol se torna azul oscuro al atardecer, entre los árboles asciende el vapor de una fumarola y los sonidos que regurgita la tierra volcánica. Nos sirven café y te en un pequeño establecimiento sobre el lago acompañado de plátanos fritos con salsa de chile.

Llegamos a la villa de Woloan donde la industria principal es la fabricación de casas de madera tradicionales, hay un buen número de ellas en construcción diseñadas para ser desmontadas y transportadas. Algunos de los destinos son Brasil, Argentina y Australia. La ventaja principal, además de resultar muy estéticas, es que son idóneas para lugares donde abundan los terremotos.

Nos ponemos en marcha ya de vuelta a Manado, el tráfico sigue igual o más intenso que por la mañana, una de las cosas que nos llama más la atención es la gran cantidad de iglesias construidas y a medio construir que hay casi en cada calle. Manado es mayoritariamente de rito cristiano seguido de islamistas y todo tipo de religiones formando un conjunto bien llevado por todos. Llaman la atención algunas grandes cruces y sobre todo la efigie de Jesús de gran tamaño con los brazos abiertos y casi en actitud de volar que nos llevan a ver llegando a Manado.

Ya en los muelles que se están construyendo y para lo cual han tenido que destruir la playa llegamos lentamente al punto donde nos esperan los zodiacs no sin antes pasar por un moderno y destartalado centro comercial que hiere la vista con sus estatuas absurdas, remedos burdos de dioses griegos o romanos que parecen o son de escayola. A su alrededor un descomunal parking lleno de motocicletas, algunos hoteles y tiendas con sus fachadas absurdamente ostentosas encajonando pequeñas casuchas de techos de chapa que tienen contados sus días y en las que sobreviven por el momento familias que aún venden pescados y chiringuitos donde acuden a merendar y cenar.

La población de Manado es muy joven y el índice de natalidad tiene que ser muy elevado a tenor del gran número de niños que hemos visto en todas las poblaciones. No cabe duda después de pasar unas horas recorriendo los alrededores que toda esta región está en el momento presente a medio camino entre un pasado rural, aislado e idílico y un futuro ya muy cercano y parecido a cualquier destino turístico y comercial de cualquier punto del planeta.

Volvemos al Clipper Odyssey cuando se oculta el sol y desde los minaretes de Manado los altavoces propagan el rezo y canto del muecín convocando a los fieles a la oración que se extiende a lo largo y ancho de la bahía.

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